♥ MESA DULCE DE 7 AÑOS

Ya han caído otras 12 hojas del calendario lo que en esta ocasión significa que ha llegado por 7ª vez el cumpleaños de Carolina e Inés.

Estas dos gemelas son muy importantes para mí. Soy la madrina de Carolina y este vínculo es un honor por el que siempre estaré agradecida a sus padres. Con él se volvió a firmar la antigua "alianza de poder" que me une a su familia.

Hace años en esta tierra, se forjó un poderoso anillo de amor inmortal entre la primera Carolina y mi familia. Carolina era un ser de luz. Todos los que tenían relación con ella quedaban tatuados en el alma. Una única persona influyó en la vida de muchos, muchos otros. Los miembros de esta alianza de amor, fraternidad y respeto estamos unidos por lazos que ni el espacio-tiempo, ni el devenir de la vida puede borrar.

Un miembro de la alianza nos convocaba, era Vicky, la mami de las gemelas, nos llamaba para celebrar el aniversario de las pequeñas, lo que también es una gran excusa para el encuentro de los miembros de la alianza pues las gemelas son unas de las herederas del anillo imperecedero y cuando él nos requiere acudimos.

Voy a hacer un inciso para presentaos, con el permiso de sus padres, a mis preciosas, alegres, risueñas, divertidas y cariñosas Carolina e Inés de 7 años.

Aunque os hable de una una alianza mística, de padrinos, hay cosas mundanas en las que la magia no puede actuar y por ser mundanos los miembros de la alianza hay límites que no resultan insalvables; hubo padrinos, familiares cercanos y amigos que no pudieron acudir pero la magia sí actuó y los presuntos ausentes estuvieron de alguna forma.

Con la organización del cumpleaños también hubo cierta magia. Ante tantas posibilidades para celebrar el cumpleaños: las bolas, el cine, los patines, la tirolina, ... no había forma de decidir. Hubo muchas conversaciones mami-madrina intentando decidir la mejor opción y, recordamos nuestros propios cumpleaños...Uhm,... se abrió en mi mente una puerta que llevaba mucho tiempo cerrada.

Los veranos en la casa de mi abuelo, el olor del jazmín que cubría la escalera de atrás, la sombra de la parra, mi abuelo llevándome a todas partes en volandas,...Y el día de mi cumpleaños me pasaba el día sentada en sus rodillas a modo de trono y cuando llegaba la tarde y refresacaba venían mis primos, los vecinitos y algunos amigos para merendar y jugar en la calle.

Bebíamos refrescos, comíamos sandwiches, palomitas, y culminábamos con "la tarta" momento éste en el que mi madre se acercaba en silencio por el pasillo y cuando el reflejo de las velas bailaba sobre la puerta del comedor mamá entonaba el Cumpleaños Feliz y todos cantaban con ella. Un año tras otro colocaba la tarta frente a mí para que soplara las velas y yo, un año tras otro, lloraba al leer el Feliz Cumpleaños de merengue. No sé por qué me emocionaba tanto, pues la tarta era la misma de todos los años, única variedad en la pastelería del pueblo, de bizcocho y merengue rica y esponjosa, cuya única  pega eran unas guindas verdes que le colocaban a modo de adorno.

Los recuerdos de la mami de las protagonistas se referían a sus 4 hermanos, sus primos, sus vecinos... eran historias similares. Y pensamos que si un recuerdo tan naïf era tan entrañable para nosotras cómo negárselo a Carolina e Inés.

Así que las pequeñas tuvieron que hacer una pequeña lista de amiguitos. Y empezamos a preparar todo lo necesario, buscando que todo estuviera bien organizado y los niños se divirtieran y aprovecharan las dos horas de encuentro.

1. Diseño de las invitaciones de sobre corazón. Que las cumpleañeras con todo esmero  personalizaron para cada uno de sus invitados.
2. Atrezzo de mariposas tintadas, pompones de tonos rosa, árboles de globos rosas, banderines de tela,...
3. Mesa dulce: Limonada rosa, mediasnoches, palomitas rosas, una gran variedad de chuches (brochetas de nubes variadas, de sandía, mora; ladrillos, besos, obleas rosas, moras rojas y negras, ovnis, palotes, regaliz de nata y de sandía, ...) cupcakes de helado de fresa y oreos; verrinas de helado de chocolate, mousse de limón con lacasitos; cakepops rosas variados y, tarta rosa con oreos. 
4. Recepción de las anfitrionas a cada invitado con un sello de bienvenida con forma de mariposa.
5. Muchos juegos grupales, globoflexia, maquillaje de caras,...
6. Música y bailes.
7. Y una piñata de Unicornio, para que todos los invitados se llevaran un detallito.

Siento no mostraos fotos con más detalle, en algunos casos es porque aparecen los pequeños invitados y en otros casos porque las fotos están algo movidas y borrosas (no se debe de hacer fotos bailando y saltando).

Mis niñas al día siguiente tuvieron una celebración familiar de su cumple y aquí  sí que podéis ver cómo soplaron su tarta.

 

Y a modo de despedida tengo que confesar que al principio me eché a temblar al pensar: Madre mía, tanto niño cómo van a dejar la casa. Y he de reconocer que los niños fueron fantásticos, no pararon un momento, se lo pasaron genial participando todos activamente en los juegos, ayudándose y respetando los turnos, pidiendo formas divertidas con los globos, imaginándose luciendo tocados en una pasarela de moda, sorprendiéndonos con sus conversaciones, con sus bailes...y sobre todo, sin parar de reir.

Para mí fue precioso poder compartir estos momentos con ellos, se me pasó el tiempo en un suspiro. Quiero darles las gracias especialmente a Migue, Carlos, Irene, Angela y César por ser tan entusiastas, divertidos y generosos durante toda la celebración.

Muchas gracias. Un besillo

 

P.D. Vosotros, los menos peques, ¿recordáis cómo fueron vuestras fiestas de cumpleaños? ¿a que os sale un sonrisa al hacerlo?