Echo la vista atrás y en muchos de mis recuerdos
están mis padres. Desde que yo soy madre pienso mucho en la responsabilidad de
ese vínculo. Creo que todos los padres tenemos las mismas inquietudes sobre
nuestros retoños ¿Qué recordará?, ¿estoy ayudándole a construir los recuerdos
que le ayudaran a ser un buen ser humano, feliz y completo? Buscamos su
felicidad y queremos regalarles momentos magníficos para su vida y su memoria.
Esto es lo que mi amiga Reyes ha hecho. Con la excusa del 10º cumpleaños de su niña le ha creado un recuerdo imborrable lleno de amor. Violeta es una niña preciosa, superfemenina y sencilla que estaba encantada de celebrar su cumple con todos sus amigos y familiares cercanos.
Como Reyes es una persona detallista había
planificado tiempo antes la fiesta para Violeta. A modo de regalo iba
compartiendo, a través de pequeñas pistas, lo que se iba a encontrar el día de
la celebración para que los días previos también fuesen parte de la misma,
estando llenos de ilusión y complicidad. Entre otros detalles, Mamá le había
contado que tendría una tarta especial y Violeta andaba expectante pensando
cómo podría ser.
Todo estaba organizado: compras, preparativos,
hora de llegada y recepción de los invitados,...Pese a que Mamá tenía mucho
trabajo y la jornada anterior a la fiesta se había alargado más de lo esperado
robándole horas de sueño, no había ningún problema porque todo estaba bien
atado. Pero la mañana no empezó a transcurrir como se esperaba y Mamá no podía
hacer nada para evitarlo. Veamos.
Yo tenía la tarta pero el día de la celebración
no podía acudir al domicilio de Reyes, por lo que una amiga común iba a recogerla
pero Reyes prefería hacerlo ella misma pues esa mañana iba a tener tiempo.
Llegado el día, una cita previa no fue puntual y Reyes tuvo que quedarse en
casa esperando, así que sobre la marcha concretamos otra hora, pero... alguien
llegó antes de lo que se esperaba. No podíamos vernos. Bien, venía otra
persona.
Transcurría el tiempo y no llegaba. Se mascaba el
desastre, nada de lo programado se había cumplido. Varias llamadas de teléfono
que no resolvían nada, en estos momentos, Mamá estaba tan estresada que su voz
ya no era la misma, se acercaba el momento cumbre del evento, la presentación
de la tarta y, ¿dónde estaba? Se supone, que este dato lo tendría que dar yo,
pues... no.
La persona que debía llevar la tarta ¡Se había
perdido! No sé cuánto tiempo transcurrió, pero como casi siempre ocurre, lo
mismo que todo se lía todo se deslía. El caso fue que la tarta apareció en el
momento preciso culminando la fiesta de Violeta quien sopló su velita de
cumpleaños y disfrutó de su fiesta de principio a fin como Mamá había previsto.
Por cierto, la abuela y la mamá de Violeta pudieron disfrutar de que a Violeta y a los invitados les encantara la Tarta Bombón Vanille con Crema de Chocolate. Y les daba mucha lástima deshacer a la “Muñeca Violeta” por lo que días después del cumpleaños seguía por la casa celebrando el cumpleaños.
¡¡¡Muchas felicidades Violeta!!!
me estaba estresando leyendo,jajajjajajajajajja, me alegro que todo saliera bien y que la tarta estuviese a la hora justa, porque ta quedao preciosa!!!!Seguro que Violeta alucinó con su tarta.
ResponderEliminarjajaja Pero lo importante es que Violeta y su madre están superfelices. Bueno y yo también porque te transcribo parte de lo que la Mamá me dijo en una conversación que tuvimos sobre este post: "la verdad es que me ha encantado...es como un cuento y realmente la anécdota transcurrió así....,le has puesto el broche de magía al décimo cumple e Violeta..." Así que, ¡¿Qué más se puede pedir?!
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